La educación financiera se define como la oportunidad a través de la cual las personas puedan desarrollar actitudes, comportamientos, conceptos, habilidades, conocimientos y competencias mínimas necesarias para tomar decisiones financieras con responsabilidad, y teniendo conciencia de los efectos que se puedan generar para su propio bienestar económico.

Permite además minimizar los riesgos en los que pueden incurrir los consumidores de productos financieros, orientándolos hacia la administración financiera que les permita hacer un uso adecuado de los servicios de microcrédito. Para esto es necesario entrenarse y adoptar una cultura financiera, basada en un cambio de mentalidad y de comportamiento para manejar las finanzas personales, familiares y del negocio de una manera sana y responsable.

Quienes practiquen esta nueva cultura tendrán un mayor nivel de seguridad y confianza para comunicarse con sus asesores de crédito y con su entidad microfinanciera preferida; estarán en capacidad de entender y usar los conceptos y términos financieros básicos, mejorarán la administración de sus ingresos, tendrán un mayor control sobre sus deudas e incorporarán los conceptos de ahorro, inversión y riesgo en sus prácticas.