Tener un negocio propio fue la idea de Marleny Mejía, una mujer santandereana de cuna y fortuleña por adopción desde sus 12 años de edad. Supo mezclar el empuje propio de la gente de su tierra natal, con la persistencia del llanero, para ampliar su empresa, de la mano de Microfinanzas El Alcaraván.

Después de trabajar en casas de familia y ofrecer rifas por la calle, “me aburrí de ser empleada y comencé vendiendo comida en la plaza de mercado del pueblo”, cuenta Marleny. Desde entonces, es reconocida en Fortul por la sazón de sus alimentos. Con 20 años de trayectoria, sus clientes se deleitan con los exquisitos platos en el Hotel y Restaurante Tequendama.

Asegura que su secreto ha sido “el amor que le pone a las cosas, a la preparación de alimentos y el respeto al cliente”, fortalecido con el apoyo económico de Microfinanzas El Alcaraván.

Con más de cuatro años de contar con el aporte financiero de Microfinanzas El Alcaraván, ahora esta emprendedora y todos los vecinos de Fortul tendrán una oficina más cerca, donde encontrarán un aliado para mejorar sus empresas. “Mi experiencia con El Alcaraván ha sido demasiado buena, me ha encantado y he enviado muchos amigos allá; me han sacado de muchas necesidades”.

NUEVA OFICINA EN FORTUL

Desde ahora, las comunidades de la zona contarán con los servicios y la asesoría en la nueva oficina de Microfinanzas El Alcaraván, ubicada en esta importante población de Arauca.

Con 22 años de trayectoria en Arauca, respaldando la economía familiar y local de emprendedores y comerciantes de las zonas rurales y urbanas de la región, se abren las puertas en Fortul para aportar al desarrollo local.

“Alguien me habló de Microfinanzas El Alcaraván; en ese momento mi casita estaba muy fea, muy deteriorada, los clientes se me iban, la cocina estaba acabada, no tenía baldosa, no tenía nada, entonces los busqué, ellos vinieron hasta acá, hice todos los papeles, una amiga fue mi fiadora y así me dieron el primer crédito”, relata Marleny.